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6 de noviembre de 2024
OPINIÓN

Impacto social y emprendimiento sostenible

LOS NUEVOS PARADIGMAS

Por Armando Morquecho Camacho

En el tejido de la realidad global, las interconexiones entre individuos, comunidades y naciones son cada vez más evidentes y complejas. Desde la economía hasta el medio ambiente, pasando por la cultura y la tecnología, nuestras vidas están intrínsecamente entrelazadas en una red de influencias mutuas.

En este intricado entramado, es esencial despojarnos de los estrechos confines del pensamiento individualista y abrazar una visión más amplia y colectiva del mundo que habitamos debido a que nos encontramos en un punto de inflexión donde el reconocimiento de nuestra interdependencia se vuelve crucial.

Cada acción, cada decisión que tomamos como individuos o como sociedad, tiene repercusiones que trascienden nuestras fronteras personales y afectan a otros, ya sea de manera directa o indirecta y este entendimiento nos lleva a comprender que el bienestar de uno está intrínsecamente ligado al bienestar del otro, y que la búsqueda del éxito personal debe ir de la mano con la búsqueda de un bien común más amplio.

Patagonia han demostrado que es posible ser rentable mientras se protege el medio ambiente. Esta marca de ropa outdoor no solo produce productos de alta calidad, sino que también ha adoptado una serie de medidas para reducir su huella ambiental, como el uso de materiales reciclados y la implementación de prácticas de fabricación sostenibles.

Aplicado lo anterior al ámbito empresarial, recordemos que anteriormente el éxito en este rubro solía medirse únicamente en términos de ganancias financieras. Sin embargo, en la era actual, las empresas están adoptando un enfoque más holístico que considera no solo sus resultados económicos, sino también su impacto en la sociedad y el medio ambiente. Este cambio de paradigma ha dado lugar a una nueva generación de emprendimientos que buscan no solo obtener beneficios, sino también generar un impacto positivo en el mundo que los rodea ya que más allá de buscar meramente el lucro financiero, estas empresas están tejiendo un tejido más profundo de compromiso con el bienestar humano y el equilibrio ecológico.

Un ejemplo elocuente es el surgimiento de empresas que han hecho de la sostenibilidad su piedra angular. Desde la utilización de materiales reciclados en sus procesos de producción hasta la adopción de tecnologías limpias y renovables, estas empresas están demostrando que es posible prosperar económicamente sin comprometer los recursos naturales del futuro. Su enfoque no solo radica en minimizar su impacto negativo en el medio ambiente, sino en ir más allá y contribuir activamente a su regeneración y preservación.

Por ejemplo, empresas como Patagonia han demostrado que es posible ser rentable mientras se protege el medio ambiente. Esta marca de ropa outdoor no solo produce productos de alta calidad, sino que también ha adoptado una serie de medidas para reducir su huella ambiental, como el uso de materiales reciclados y la implementación de prácticas de fabricación sostenibles.

Otro ejemplo inspirador es el de la empresa mexicana ECOCE, que se dedica a la recolección y reciclaje de envases de PET. Además de contribuir a la limpieza del medio ambiente, ECOCE también ha creado programas de concientización para promover el reciclaje entre la población, demostrando que el emprendimiento sostenible puede tener un impacto positivo tanto a nivel ambiental como social.

No obstante, muchos inversores aún no están completamente convencidos de los beneficios a largo plazo del emprendimiento sostenible, lo que dificulta el acceso al capital para estas empresas y en este rubro, el acceso al capital es un aspecto crucial para el éxito y la sostenibilidad de las iniciativas empresariales centradas en la responsabilidad social y ambiental.

Por otro lado, la falta de métricas estandarizadas y de un marco claro para medir y reportar el impacto social y ambiental también puede dificultar la evaluación de la viabilidad y el rendimiento financiero de estas empresas. Los inversores suelen basar sus decisiones en datos y cifras tangibles, y la falta de información transparente y verificable sobre el impacto no financiero puede limitar su disposición a comprometer capital.

Otro desafío importante es la disponibilidad de fondos específicos para empresas sostenibles. Aunque cada vez más fondos de inversión están incorporando criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en sus decisiones de inversión, la cantidad de capital disponible para empresas sostenibles aún puede ser limitada en comparación con el total de inversiones disponibles en el mercado. Esto puede dificultar que las empresas sostenibles accedan a los recursos financieros necesarios para crecer y expandirse.

En ese orden de ideas, retomando un poco lo tratado la semanada pasada, es en este punto donde una reforma en materia fiscal podría desempeñar un papel crucial al otorgar incentivos fiscales a las empresas que adoptan prácticas sostenibles y generan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, los gobiernos podrían estimular el crecimiento de este tipo de emprendimientos y fomentar una economía más sustentable.

En ese contexto, la importancia de los incentivos fiscales en el contexto del emprendimiento sostenible y el impacto social es innegable. Estos incentivos pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción y el apoyo a empresas que buscan integrar consideraciones ambientales y sociales en su modelo de negocio. Al ofrecer beneficios fiscales a las empresas que adoptan prácticas sostenibles, los gobiernos pueden estimular la inversión en proyectos que generen beneficios tanto económicos como sociales y ambientales a largo plazo.

En primer lugar, los incentivos fiscales pueden ayudar a reducir los costos de operación para las empresas sostenibles, lo que las hace más competitivas en el mercado. Esto puede incluir exenciones o reducciones en impuestos sobre la renta, impuestos a la propiedad o impuestos sobre las ventas para aquellas empresas que demuestren un compromiso con la sostenibilidad y el impacto social

Aunado a ello, los incentivos fiscales pueden fomentar la inversión privada en proyectos sostenibles al hacer que sea más atractivo para los inversores dedicar capital a empresas que están trabajando para abordar desafíos sociales y ambientales. Al ofrecer créditos fiscales, deducciones o incluso exenciones de impuestos sobre las ganancias de capital para inversiones en empresas sostenibles, los gobiernos pueden alentar a los inversores a financiar proyectos que generen un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, al tiempo que obtienen un retorno financiero razonable.

En esa tesitura, los incentivos fiscales pueden ayudar a nivelar el campo de juego para las empresas sostenibles, que a menudo enfrentan desafíos adicionales en términos de acceso al capital y costos operativos más altos en comparación con sus contrapartes convencionales.

En conclusión, los incentivos fiscales desempeñan un papel crucial en la promoción del emprendimiento sostenible y el impacto social al reducir los costos de operación, fomentar la inversión privada y nivelar el campo de juego para las empresas que buscan integrar consideraciones ambientales y sociales en su modelo de negocio. Sin embargo, para que estos incentivos sean efectivos, es necesario implementar una reforma fiscal integral que reconozca y valore adecuadamente las contribuciones de estas empresas y elimine las barreras fiscales y administrativas que puedan obstaculizar su crecimiento y desarrollo.

 

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