REFORMA LABORAL
Por Claudia Gabriela Salas Rodríguez (*)
La evolución de la humanidad obliga a la clase política a realizar análisis de forma más exhaustiva y sobre todo que siempre conlleven la sensibilidad de entender lo que beneficia a la persona, es decir, hoy en día cualquier creación, modificación, derogación o abrogación de ley requiere que tenga una visión progresista en derechos humanos.
La reducción de la jornada laboral debe ser aprobada y debe preverse como desde el Gobierno puede contrarrestarse cualquier efecto negativo como consecuencia de ella, considerando que existen muchos más puntos positivos.
Por lo anterior, considero de suma importancia que la iniciativa que propone reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales se apruebe tomando en consideración los siguientes beneficios:
- Mejora la calidad de vida de las personas trabajadoras;
- Disminuye el cansancio o fatiga laboral;
- Mejora el clima laboral;
- En caso de ser padres, poder acompañar mejor el desarrollo de la crianza.
- Generación de espacios de alimentación saludable.
- Mayor cuidado y control de enfermedades.
- Destinar más tiempo de ocio.
- Más espacios para encuentros sociales.
- Destinar tiempo para asistir a eventos culturales.
- Realizar más actividades que faciliten el autocuidado personal.
Como consecuencia natural de las tres circunstancias anteriores, el resultado es el incremento de la eficiencia en la ejecución de su trabajo y por ende mayor productividad.
Lo firmado no es una ocurrencia, pues los países más desarrollados y calificados como los que tienen una alta calidad de vida para sus habitantes ya han probado este esquema que ha funcionado, tal es el caso de: Suiza, Dinamarca, Noruega, Nueva Zelanda, Alemania, entre otros. A continuación, se puede ver la media de horas trabajadas por persona hasta el día 16 de julio de 2024:
Ahora bien, existe consciencia de que este cambio tiene que ser paulatino, haciendo una revisión de cada uno de los sectores y las jornadas que requieren un tratamiento especial, teniendo en cuenta que el objetivo es una mejoría sustancial para la clase trabajadora, pero con la consigna de no afectar las fuentes de empleo, ya que se requieren solidas para que sigan generando empleos y brindando condiciones que permitan estabilidad laboral.
En conclusión, desde mi punto de vista, la reducción de la jornada laboral debe ser aprobada y debe preverse como desde el Gobierno puede contrarrestarse cualquier efecto negativo como consecuencia de ella, considerando que existen muchos más puntos positivos.
*Claudia Gabriela Salas Rodríguez
Presidencia de la Comisión de Hacienda y Presupuestos del
Congreso de Jalisco y diputada federal electa.