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12 de mayo de 2025
OPINIÓN

El temor a la recesión

EL DESAFÍO ECONÓMICO PARA MÉXICO

Por Violeta Moreno

La economía mexicana enfrenta un panorama desafiante en 2025, con previsiones de contracción del Producto Interno Bruto (PIB) y señales de una posible recesión.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta una caída del 1.3% en el PIB para este año y un decrecimiento del 0.6% en 2026. Estas cifras contrastan con el crecimiento sostenido que México experimentó en los últimos años y plantean dudas sobre la capacidad del país para mantener la estabilidad fiscal.

Hasta el momento la presidenta ha sabido sortear los embates del presidente de Estados Unidos y parece que abra colaboración de ambos gobiernos, incluso el futuro cercano es cambiante e incierto, en este rubro.

 

Existen factores detrás de la desaceleración entre los cuales se podrían enumerar los siguientes:

  1. Incertidumbre en las políticas comerciales internacionales

Uno de los principales riesgos que enfrenta la economía mexicana es la incertidumbre en las relaciones comerciales con Estados Unidos, como se acaba de mencionar. A pesar del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el posible regreso de políticas proteccionistas en Washington—incluyendo la amenaza de nuevos aranceles—podría afectar sectores clave como la manufactura automotriz y la agroindustria.

Además, la desaceleración del consumo en Estados Unidos impacta directamente en las exportaciones mexicanas, reduciendo la demanda de productos manufacturados en el país, que es nuestro principal cliente en el mundo, por lo que lo ideal es buscar nuevos mercados en diferentes latitudes para no ser tan dependientes de un solo socio comercial.

  1. Inflación y tasas de interés

Si bien la inflación en México ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, persisten riesgos derivados del alza en los costos de alimentos y energéticos. La política monetaria del Banco de México (Banxico) ha sido clave para contener la inflación, con tasas de interés elevadas que han restringido el crédito y el consumo interno. Sin embargo, si la economía sigue contrayéndose, Banxico podría verse obligado a reducir tasas antes de lo previsto, lo que generaría presiones sobre el tipo de cambio y la inversión. Esto impactaría directamente en los bolsillos de los mexicanos, en los productos de consumo diario.

  1. Déficit fiscal y aumento del gasto público

El gobierno de Claudia Sheinbaum ha anunciado un paquete de gasto público enfocado en infraestructura, programas sociales y rescate financiero de Pemex. Si bien estas medidas buscan impulsar el crecimiento y si son bien llevadas a cabo lo pueden lograr, también generan preocupaciones en los economistas, sobre la sostenibilidad de todas medidas al mismo tiempo a mediano plazo.

El déficit presupuestario proyectado para 2025 es del 3.9% del PIB, después que en el 2024, el último año del gobierno del presidente López Obrador fue del 5.9%, el más alto en décadas, lo que generó inquietud entre inversionistas y agencias calificadoras. Un alto déficit podría derivar en un aumento del endeudamiento público, presionando el peso mexicano y encareciendo el servicio de la deuda.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta una caída del 1.3% en el PIB para este año y un decrecimiento del 0.6% en 2026.

Derivado de todo esto podríamos en pensar en varios escenarios para la economía mexicana, que podrían ser más pero en este momento pienso en 3 a la mano para 2025:

  1. Recesión técnica: Si el PIB se contrae en dos trimestres consecutivos, México podría entrar en una recesión técnica, con impacto directo en el empleo y el poder adquisitivo.
  2. Estancamiento económico: Un crecimiento cercano a cero, donde la economía no se contraiga significativamente pero tampoco genere nuevas oportunidades de empleo e inversión.
  3. Recuperación moderada: Si las exportaciones se recuperan o se relanza una estrategia a mercados mas diversos, además de que el consumo interno se mantiene estable, el impacto de la desaceleración podría ser menor a lo previsto.

 

Para enfrentar estos desafíos, el gobierno podría considerar estrategias como:

  • Fortalecer la inversión pública en sectores estratégicos sin descuidar la disciplina fiscal.
  • Impulsar incentivos a la inversión privada, especialmente en sectores como tecnología y energías renovables.
  • Negociar con EE.UU. para reducir incertidumbre comercial y garantizar la estabilidad del T-MEC. Así como buscar abrir y fomentar nuevos mercados para la venta de los productos nacionales.
  • Asegurar una transición ordenada en la política monetaria, evitando reducciones abruptas de tasas de interés
  • Buscar mayor seguridad a nivel nacional y buscar sin catalogar a los buenos y los malos, ni pensamientos maniqueos y honrar a nuestros difuntos, buscar la paz, sin revanchas, buscando que ya no exista tanta violencia, que actualmente está en todo el mundo, pero velar porque en este caso nuestro país alcance una mayor estabilidad y pidamos por el descanso de todos los que se nos adelantaron, los recordemos los honremos y esto nos ayude a volver a tener la mente en el desarrollo general del país, un rubro que sí depende del gobierno, pero también es de todos cuidarnos, defendernos, y dejar de buscar la confrontación como primera solución a los conflictos.

 

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