EL EJERCICIO DEL PODER
Por Gabriel Ibarra Bourjac
La conducción de su sucesión es la gran prueba que enfrenta el Presidente López Obrador, el gran desafío para que su Movimiento al que le denomina “La Cuarta Transformación” llegue a buen puerto.
El gran desafío de la Alianza Va por México es mantener la unidad y poder sacar un candidato por consenso, el que sea más competitivo. ¿Cómo van a integrar a líderes sociales? ¿De los 300 distritos electorales a diputados federales, cuántos serán para ellos? ¿Habrá también espacios para las senadurías?.
Depende de cómo se lleve adelante el proceso, si son aceptados los resultados, por sus corcholatas (principalmente Marcelo Ebrard que no se ve cómodo con que el método de Morena) después de que se apliquen las encuestas, pero primero hay que esperar los resultados electorales en el Estado de México.
Marcelo Ebrard ha dicho que el lunes 5 de junio, después de las elecciones para gobernadores en Coahuila y Estado de México, presentará su propuesta de cómo resolver para que el proceso interno de Morena garantice la unidad y que al mismo tiempo sea muy transparente y la gente pueda participar, conforme a la invitación que hizo el Presidente López Obrador. El canciller dice estar contento porque ya encontró una fórmula utilizando innovaciones tecnológicas y nuevas ideas que Morena mismo ha llevado a cabo en varios ámbitos.
Hasta la pasada semana las diversas encuestas publicadas por varias empresas de comunicación coinciden en la ventaja de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum sobre Marcelo Ebrard, quedando únicamente como los dos contendientes, muy abajo y prácticamente fuera el titular de Gobernación, Adán Augusto López y el líder del senado de los morenos, Ricardo Monreal.
La interrogante es si Marcelo Ebrard aceptará el resultado si le es adverso o decide romper e irse a la oposición.
¿VAN TARDE?
Y qué pasa con la oposición. La Alianza Va por México vive la presión de los tiempos. El cuestionamiento que le dirigen propios y extraños es que va tarde y que carecen de método para elección de candidato a presidente, a gobernadores, senadores y diputados, en tanto empiezan a pelearse algunos aspirantes, como lo hizo la senadora Lilly Téllez que le tundió a Santiago Creel recientemente en un programa con Brozo.
Va por México trabaja en dos mesas. En una están los presidentes del PAN-PRI y PRD donde deciden los grandes temas y en una segunda mesa viene el desdoblamiento de los mismos donde sus representantes se reúnen cada semana en el desarrollo del método que estará listo en julio, según prometen.
La Alianza Va por México, fundamentalmente está esperando pasen las elecciones en Edomex y entonces tomarán la decisión del método, que bien pueden ser una especie de elecciones primarias.
De lo que hemos visto, percibimos que los dirigentes de los tres partidos no soltarán el control de la elección de los candidatos y van a buscar beneficiar a sus favoritos. En el PAN se advierte que Marko Cortés quiere impulsar a Santiago Creel y en el PRI, Alito Moreno quiere encabezar la Alianza.
Ya Marko Cortés marcó algunas líneas que resultaron muy criticadas, como el filtro de captar un millón de votos por los aspirantes y que tengan un conocimiento del 40% de la población, además de contar con un 15% mínimo de simpatías.
En cuanto a integrar a líderes sociales, como el caso de Gustavo de Hoyos, un punto que tomarán muy en cuenta es que estos no sean enemigos declarados de los partidos, considerando que entre los tres (PRI-PAN-PRD) tienen una intención de voto arribita del 40%.
El gran desafío de la Alianza Va por México es mantener la unidad y poder sacar un candidato por consenso, el que sea más competitivo.
¿Cómo van a integrar a líderes sociales? ¿De los 300 distritos electorales a diputados federales, cuántos serán para líderes sociales? ¿Habrá también espacios para las senadurías?
Respecto a las nueve gubernaturas que estarán en juego, se tendrá que decidir en su oportunidad si la coalición va en las nueve entidades, que es lo más recomendable, porque de lo contrario se podría confundir el electorado.
Mientras estas decisiones se toman existe tensión entre los actores políticos, como lo vimos en ese choque entre Lilly Téllez y Santiago Creel, el asunto es que las dirigencias no queden desbordadas por estos apetitos de poder y logren llegar unidos para que la coalición sea total.
¿Lo lograrán? Habrá que ver.
