Cuando ellas y ellos navegan a solas se exponen a violencias de distintos tipos como ciberacoso, doxing, grooming, sexting, retos, pruebas de amor y robo de identidad, entre otros: Yoloxóchitl Casas Chousal.
Por Comunicación Social Secretaría de Gobernación
La niñez y adolescencia tienen derecho a acceder a internet y a todo el ecosistema digital con un sistema de navegación segura que debe ser reforzado después de las circunstancias actuales generadas por la pandemia de COVID-19, que modificó los patrones de actividad de este grupo etario, señaló la directora de Difusión, Información e Interlocución de la Secretaría Ejecutiva (SE) del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), adscrita a la Secretaría de Gobernación, Yoloxóchitl Casas Chousal.
En el Primer Coloquio Internacional sobre Prevención de la Violencia Digital con Enfoque de Derechos Humanos y Género del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV), expuso que los riesgos y las violencias que enfrentan niñas, niños y adolescentes comienzan cuando navegan en solitario, sin acompañamiento de una persona adulta, porque de esa forma pueden acceder a contenidos no aptos para su edad y desarrollo, o establecer contactos en redes sociales con gente que no conocen.
Enfatizó que cuando navegan sin acompañamiento adulto se exponen a violencias de distintos tipos como ciberacoso, doxing, grooming, sexting, retos, pruebas de amor y robo de identidad, entre otros riesgos.
Igualmente, detalló que el ciberacoso es el hostigamiento digital, en especial contra las niñas y las adolescentes quienes son más vulnerables por el ambiente social de machismo que persiste, y que ocurre a través de videojuegos, redes sociales, chats, foros; mediante, correo electrónico, blogs, fotos, mensajes de texto, imágenes y videos que atormentan o amenazan a la víctima provocando consecuencias psicológicas y emocionales como depresión, ansiedad, fobia escolar, trastornos de aprendizaje e incluso suicidio, entre otras.
Mencionó que el doxing es la práctica de investigación y publicación de información de una niña o un niño, mediante la que expone datos, opiniones e información privada como medio para la venganza y pornovenganza.
Explicó que el grooming es la estrategia que una persona adulta desarrolla para ganar la confianza de este grupo etario en redes sociales, a fin de obtener concesiones sexuales voluntarias o forzadas a través del convencimiento, extorsión o amenaza, con una primera fase de supuesta amistad con la víctima, una segunda donde se obtienen datos sociales, privados e íntimos, y la tercera que aprovecha la información obtenida para lograr el contacto sexual.
Respecto del sexting, indicó que consiste en el envío forzado de mensajes o imágenes sexuales por teléfonos móviles, donde un alto porcentaje de las víctimas son niñas y adolescentes que son presionadas para el envío de fotos que se difunden sin consentimiento, causándoles graves daños sociales y psicológicos.
Habló también de los ‘retos’, que implican seguir al pie de la letra ciertas instrucciones de conducta y dejar constancia de su cumplimiento en redes sociales, en cuyo proceso se piden datos personales que pueden causar daños físicos o psicológicos, y mencionó que el reto Clonazepam es uno de los más recientes.
Se refirió a la prueba de amor dirigida a las niñas y a las adolescentes, que casi siempre proviene de una persona masculina conocida y que consiste en la entrega de las claves de las redes sociales de las víctimas, e indicó que son los primeros pasos machistas de control y ejercicio de poder, lo que preludia la violencia en el noviazgo o en relación sentimental, implica el aislamiento de la víctima dentro de un patrón de celos.
Respecto de algunas medidas de ciberseguridad preventivas y positivas, sugirió:
- Antes que niñas, niños y adolescentes abran un perfil en redes sociales es necesario generar un clima de confianza entre madres y padres, incluso con personal docente.
- Indicarles que no deben aceptar invitaciones de amistad en redes sociales de personas que no conozcan previamente: “No aceptes solicitudes de cualquiera. No cualquiera es tu amigo”.
- Indicarles que no deben publicar nombres, datos personales, de escuela, direcciones o imágenes, en especial cuando se trate de este grupo poblacional, que sean o hayan sido víctimas o agentes de violencia.
- Usar contraseñas creativas que combinen mayúsculas y minúsculas, y cambiarlas habitualmente.
- Indicarles que no deben contestar números telefónicos desconocidos ni llamadas grabadas que pidan apretar teclas.
- Indicarles que no deben abrir ligas ni compartirlas cuando el destino es desconocido.
- Acompañar a esta población en su navegación digital y saber a quiénes siguen y admiran en Internet.
- Establecer reglas claras de uso de redes sociales y controlar el tiempo de uso.