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16 de abril de 2025
ENTREVISTAS

Padre Alejandro Solalinde: “Me costó mucho trabajo que entendieran mi labor”

LOS OBISPOS ESTABAN MUY RÍGIDOS

“La violencia, lo peor que vivieron los migrantes fue en tiempo de Calderón y menos en Peña Nieto”.

 

Por Gabriel Ibarra Bourjac

Una noche en torno a la mesa de un churrasco argentino, tuve la oportunidad de platicar y entrevistar al prelado que ha dedicado su vida a defender a los migrantes que dejan su tierra en busca del sueño americano y que suelen pasar las de Caín en el recorrido de esos miles de kilómetros por tierras desconocidas.

El sacerdote católico Alejandro Solalinde se ha convertido en una voz potente en defensa de los derechos humanos de los migrantes, una voz que es escuchada y atendida en la cúpula del poder del gobierno de la cuarta transformación y que trasciende hasta las Naciones Unidas.

Para ser escuchado, para que su lucha fructificara, primero tuvo que enfrentar la incomprensión del mismo clero, cuya jerarquía mostraba poca empatía a esta problemática de los indocumentados, que huían de sus paíeses por la violencia política o por el hambre.

Después tuvo que elevar el voljmen de su voz y apuntar hacia autoridades de migración y jefes de seguridad del gobierno, a denunciar a funcionarios corruptos para que su reclamo fuera atendido, traspasando fronteras y hasta llegar a las Naciones Unidas para que le pusiran atención al grave problema de migración que viven millones de familias, principalmente de Centroamérica.

De sus comienzos en esta lucha el sacerdote nos platica:

“Tengo décadas, empecé sin saber nada, conocí ese mundo de la migración yo solo, no tenía escoltas, no tenía nada, andaba con toda la libertad del mundo. Me costó trabajo, mis obispos han sido muy rígidos, poco flexibles para entender mi trabajo”.

De la incomprensión de sus jerarcas platica:“Me decían, toma una parroquia, ve con los migrantes…”

“Pero no se puede estar atado a un lugar, poco a poco me fueron entendiendo, hasta que finalmente en diciembre de 2010 me dieron la autorización para ser itinerante, fui formado para ser itinerante, no fui formado para ser un párroco, fui 30 años párroco, decidí vivir mi vida itinerante, acompañando a los migrantes”.

El padre Alejandro Solalinde afirma que la peor época para los migrantes fue en el gobierno de Calderón con Genardo García Luna.

TIENEN 130 ALBERGUES

El padre Solalinde nos platica de las actividades que realiza para ayudar y darle una mano a los migrantes, aquellos que vienen desde El Salvador, Guatmala, Honduras, Haití y hasta África que desde el Sureste Mexicano van pasando pueblos en busca del sueño americano.

“En la República Mexicana la iglesia católica tiene unos 130 albergues, el nuestro es el más grande, es donde llega más gente. Antes en Oaxaca eran tres albergues, cerró el de Matías Romero, cerró el de la capital, queda el de nosotros porque por ahí pasa toda la migración que viene del sur hacia el norte”.

 

CÓMO INICIÓ SU LUCHA

¿Cuántos años tiene atendiendo, buscando la solidaridad para darle una mano a los hermanos migrantes?

“Tengo décadas, empecé sin saber nada, conocí ese mundo de la migración yo solo, no tenía escoltas, no tenía nada, andaba con toda la libertad del mundo. Me costó trabajo, mis obispos han sido muy rígidos, poco flexibles para entender mi trabajo. Me decían, toma una parroquia, ve con los migrantes, no se puede estar atado a un lugar, poco a poco me fueron entendiendo, hasta que finalmente en diciembre de 2010 me dieron la autorización para ser itinerante, fui formado para ser itinerante, no fui formado para ser un párroco, fui 30 años párroco, decidí vivir mi vida itinerante, acompañando a los migrantes”.

 

¿Son campamentos o albergues? ¿Cómo está organizada la atención para ayudarles?

“En la república mexicana, la iglesia católica tiene unos 130 albergues, el nuestro es el más grande, es donde llega más gente. Antes en Oaxaca eran tres albergues, cerró el de Matías Romero, cerró el de la capital, queda el de nosotros porque por ahí pasa toda la migración que viene del sur hacia el norte”.

 

¿De qué tamaño es su albergue?                      

“Tiene 16 mil metros cuadrados, tiene el 80 por ciento de construcción, a veces se llena, este año fue toda África ahí, tengo fotografías donde se ve solamente gente de color, con haitianos que siguen llegando por la situación que viven”.

 

¿Cómo le hace para dar atención a los migrantes?

El sacerdote itinerante Alejandro Solalinde en la entrevista con Legisladores de México.

“La gente se burla de mí cuando les contesto, pero apunto con el dedo hacia arriba, porque es la verdad, nuestro albergue es una donataria, pero nunca hemos recibido una cantidad mensual, han sido donaciones esporádicas, pero nunca nos ha faltado.

Ahorita Diconsa y Liconsa no están apoyando, un mercado sencillo de mayoristas nos da excedente de verdura, fruta, con eso la vamos pasando, no tenemos mucha variedad en la comida, pero lo básico no nos falta, la leche no nos falta. Son tres tiempos, solamente dos meses que lo pudimos extender, no teníamos para darle de comer a tanta gente e hicimos dos tiempos, pero ya volvimos a los tres tiempos de comida”.

 

¿Cuánta gente tienen albergada?

“Son 300 personas, que son pocos a lo que llegan”.

 

¿Y los que atienden son voluntarios?

“Tenemos 6 abogadas que son financiadas por el alto comisionado de Naciones Unidas para refugiados, algunos más por el DIF, todos los demás somos voluntarios, sin horario, estar siempre todos los días, ya nos acostumbramos a estar, checamos cualquier cosa que se ofrezca, todo el equipo administrativo nos ayuda a eso. Se queda como el 0.5 por ciento del personal, casi todos se van, aunque sea poquito sí tenemos migrantes que llevan años y se quedaron, con un servicio increíble del albergue”.

 

En busca del sueño americano…

“Eso lo sabemos nosotros, pero ellos no entienden, tienen una idea y obsesión cultural, tienen que llegar aunque pronto van a ver la realidad, se decepcionan porque van a buscar y no encuentran nada”.

 

¿Y la violencia sigue vigente?

“La violencia, lo peor que vivieron los migrantes fue en tiempo de Calderón y menos en Peña Nieto, estamos hablando de 10 mil migrantes secuestrados cada 6 meses, secuestros comprobados, documentados, generando a los Zetas, también a la policía federal, a Genaro García Luna, con 25 millones en 6 meses, con el gobernador de Veracruz que estuvo detrás de eso.

El caso es que saliendo ellos, bajó la delincuencia hacia los migrantes, ahorita se dieron cuenta que los secuestros ya no conviene hacerlo en el sur, ahora lo hacen en el norte, ya lo descuidaron, eso ha dado un desahogo”.

 

Eran extorsiones a los migrantes…

“Ahorita es menos, lo que sí está es el tráfico de personas y la gente no sabe, que ya no necesita pollero, ellos pueden llegar perfectamente con una orientación, pero tienen miedo, la reputación que tiene México, eso los hace contratar polleros”.

 


El Padre Alejandro Solalinde es amigo del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

UN SACERDOTE CERCANO A LA 4T

Usted ha sido un líder religioso con fuerza mediática y social, muy cercano al gobierno de la 4T. ¿Cómo sigue ese ánimo y visión a 5 años de este gobierno?

“Después de décadas de vacío, abandono, corrupción y decadencia, cambiar es difícil, pero se está cambiando. Creo en la transformación de México, pero distingo entre la cabeza que es el presidente Andrés Manuel, con una visión extraordinaria, para mí un estadista, el mejor presidente de la historia de México sin duda alguna, pero los mandos medios e intermedios es donde veo la debilidad, donde no comprenden la grandeza de miras del presidente, entonces es donde falla.

Fui conociendo a Andrés Manuel, me convencí que íbamos a tener una transformación, vi el cambio, creo en él, la transformación que vive México no es otra cosa más que su pascua, en términos cristianos, porque la pascua es pasar de la muerte a la vida, nosotros teníamos en México con demasiadas zonas necrosadas, como analista digo no puede ser que sea tan rico el país y tengamos tanta desigualdad, observaba a las familias más ricas de México católicas, pero que viven para acumular dinero, sin darse cuenta de la miseria que vive la gente.

Observé los pasos de Andrés Manuel desde que era candidato, con coherencia, me di cuenta que había separado la política de la economía, está luchando la transformación para mitigar la desigualdad, eso que llaman populismo que eran como dádivas al pueblo, no es así, el dinero es de todos, el hecho de hacerlo llegar a las personas que más lo necesitan, a los adultos mayores, por los niños pobres, por los jóvenes, que solo necesitaban un empujoncito, ese vacío espiritual que ha dejado el catolicismo en concentrarse solamente en la parroquia, Andrés Manuel también les da una alimentación espiritual, porque es un profeta.

Como un comienzo, como un cambiar la conciencia de la gente, es un principio revolucionario, creo en la revolución de las conciencias, Jesús lo decía, al redil no entren por la ventana, entren por la puerta, porque el que no entra por la puerta es un ladrón”.

 

Hay un sector de población que cuestionan las obras del sur de México, ¿qué dice usted al respecto?

“He vivido cerca de 40 años en el sureste, no me van a contar lo que he vivido, niveles de corrupción tremenda del PRI, del PAN no puedo decir porque ni lo conocían, nunca miró al sur, estas personas eran víctimas del PRI, el único partido que había, poco a poco me fueron dejando en claro que lo único que les interesaba era el dinero, era robar, no se preocupaban por la gente, por hacer infraestructura, no creyeron en la gente, esas personas que dicen que el sur es flojo porque no trabaja, que vive del norte, es mentira, son gente trabajadora, la mayor parte de la riqueza de México está en el sureste. Esas obras van a detonar un gran desarrollo, lo puedo ver, valorar todo esto me permite ver eso. Quien conozca Panamá, se dará cuenta de esto, es un Nueva York chiquito, que se transformó con el canal, México está viendo todo eso, tiene la ventaja de estar en el norte, con la mayor parte del comercio y en lugares que habrá maquila”.

 


LOS MIGRANTES AFRICANOS

Casi todos los indocumentados que vienen de África pasan a EEUU, nos comenta el Padre Solalinde. Vienen de Senegal, Mauritania, Burkina Faso, toda la parte central y occidental de África, es raro el país que no está. “Llegan a Estados Unidos y pasan, incluso, nosotros teníamos un acuerdo con migración mexicana, les decíamos, ellos quieren ir a Estados Unidos”.

A los africanos los reciben y la preocupación de las autoridades norteamericanas es que no hagan ruido, no trascienda a los medios, para evitar que haya exodos masivos de personas de aquellos países hacia EEUU.

Otros migrantes que normalmente pasan con la autorización del gobierno norteamericano, son los que provinenen de Venezuela, Nicaragua, Cuba, estos países como son enemigos ideológicos sí los reciben, pero otros países no, indica el padre Alejandro Solalinde.

Se ha agudizado la llegada de africanos, ¿qué pasa con ellos?

“Esa parte, vienen de 28 países, llegan, pero me llamó la atención porque no sabía dónde estaba Burundi, un país chiquitito, y cómo es que llegaron una verdadera proeza, pero luego nos encontramos con cosas curiosas, los principales eran de África central y occidental, lugares donde partió la esclavitud a América, nos llamaba la atención que esa parte, es la que está despertando, con golpes de estado, jóvenes que están despertando, le dicen a Francia, si quieres guerra la vamos a tener, no tenemos armas pero somos un chingo, ya Macron midió las consecuencias y dijo no. De todos esos que llegaron, no llegó ni un negro de Sudáfrica, preguntamos qué está pasando, las mujeres decían que nos están molestando, los están exterminando, los negros están matando a los blancos, entonces, de los tribunales que hay, inocentes que dejan libres, están saliendo poco a poco”.

 

¿Qué porcentaje entra a Estados Unidos?

“Casi todos, de los que más han pasado, son de Senegal, Mauritania, Burkina Faso, toda la parte central y occidental de África, es raro el país que no está, llegan a Estados Unidos y pasan, incluso, nosotros teníamos un acuerdo con migración mexicana, les decíamos, ellos quieren ir a Estados Unidos, cómo van a pasar, nada más que tenían que checar que Estados Unidos los reciba, sin hacer ruido, y sí los ha ido recibiendo uno a uno, no hay uno solo de todos los que han pasado que se haya quedado en México, los monitoreamos, tenemos su teléfono, cuando hay algún problema con alguna lengua local, tengo a alguien que me ayuda, sabemos dónde están, dónde están distribuidos, no tienen problemas. Lo que no quiere Estados Unidos es propaganda, porque si no irían muchos masivos”.

 

¿Es más fácil que sean recibidos por problemas políticos o persecuciones que problemas de falta de trabajo y oportunidades?

“Hemos checado con los mismos migrantes, a Estados Unidos no le interesan los problemas económicos, pero cuando hay cuestiones humanitarias o políticas, entonces sí hay justificación. Lo que es Venezuela, Nicaragua, Cuba, estos países como son enemigos ideológicos sí los reciben, pero otros países no. En África, ven cómo manejan las cosas, lo logran, los ayudan, siempre con las reglas de no hacer ruido, aunque estén 150 en Tapachula, no pueden ir todos juntos, no pueden llamar la atención, es en grupos, van pasando, nadie los ve, pero van pasando”.

 

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