“LOS ABSTRACTOS SON UN RETO PARA MÍ”
Su arte va más allá de una simple representación del mundo físico.
Por Héctor Díaz
Como galerista, es un honor para mí presentar el trabajo de Valeria Reyna. Su enfoque en el realismo simbólico revela una visión única que conecta lo cotidiano con lo fantástico, lo visible con lo oculto. A través de sus obras logra crear una realidad alterna donde elementos simbólicos se integran de manera sutil, generando una profunda conexión emocional y estética con el espectador.
Su arte va más allá de una simple representación del mundo físico. A través de la incorporación de símbolos y elementos fantásticos, nos invita a reflexionar sobre las emociones y deseos universales que todos compartimos. Cada pieza es una ventana a una narrativa que el espectador puede interpretar desde su propia perspectiva, creando un diálogo constante entre la obra y quien la contempla.
«Para mí los dos elementos esenciales para una buena obra de arte son la composición y la temática. El tema es la esencia de la obra, y la composición es su cuerpo tangible y visible. Si uno de estos elementos no es sólido, la obra carece de la fuerza e impacto que podría generar».
Es un placer para mí acompañar a Valeria en esta travesía artística, viendo cómo su evolución ha fortalecido su identidad visual y su capacidad para trascender los límites convencionales del arte figurativo. Estoy seguro de que, al igual que yo, encontrarán en su trabajo una profunda inspiración y una fuente inagotable de contemplación.
¿Qué es el Realismo Simbólico?
Para mí, el realismo simbólico o mágico es un movimiento pictórico o literario que surge de la necesidad de crear una realidad alterna, en la cual se integran elementos irreales, extraños o adversos a la realidad.
¿Cuál es la diferencia entre el Realismo y el Realismo Simbólico?
El realismo fue un movimiento pictórico caracterizado por plasmar escenas cotidianas de la vida diaria, mostrando la realidad de la sociedad. Surgió en el siglo XIX en Francia como reacción al Romanticismo, que idealizaba la vida. El realismo, en cambio, se enfocaba en representar actividades cotidianas. La diferencia entre el realismo y el realismo simbólico reside en los elementos que se añaden a la composición de la obra, transformando una fantasía en una realidad alterna. Se trata de plasmar deseos, anhelos y sueños en el contexto de la vida diaria.
¿Cómo decides qué pintar?
Creo que lo más difícil del proceso creativo de un artista es encontrar el tema que deseas plasmar en el lienzo. Personalmente, lo más complicado y agotador para mí es dialogar con mi pintura y descubrir qué es lo que quiere transmitir. Mi proceso para decidir qué pintar siempre está vinculado a lo que llevo dentro de mi alma en ese momento. Una de las preguntas que siempre me hago es: ¿Cuál es el propósito de esta pintura? Muchas veces, esta pregunta me abre la mente para elegir el tema que deseo plasmar.
¿Qué tan importante es la composición?
Para mí, la composición, junto con el tema de la obra, son los dos elementos más importantes de una pintura. Un artista puede tener muy buenas ideas o temas, pero sin el orden y el equilibrio que proporciona una buena composición, muchas veces las obras pierden el peso o el impacto deseado. La composición no busca la perfección de la obra, sino es la clave para lograr el balance y el orden de nuestras ideas. Es encontrar la manera ideal en la que todos los elementos de la pintura se integran.
¿Qué tan importante es la temática?
Como mencioné antes, para mí los dos elementos esenciales para una buena obra de arte son la composición y la temática. El tema es la esencia de la obra, y la composición es su cuerpo tangible y visible. Si uno de estos elementos no es sólido, la obra carece de la fuerza e impacto que podría generar.
¿Qué tan importante es la paleta?
Más que importante, siento que la paleta de colores es el sello del artista. Por ejemplo, a menudo podemos identificar a los grandes artistas por su técnica o paleta de colores, como el claroscuro de Caravaggio, la paleta sutil y llena de vida de Joaquín Sorolla, o la vibrante composición de colores de Monet.
Cada artista, de forma intencionada o no, deja su huella en los colores que elige para hablar a través de sus obras. En mi caso particular, mi paleta es muy vibrante, ya que busco crear una realidad que se sienta fuera de lo convencional.
¿Qué tan importante es el juego de luces?
El juego de luces, al igual que la paleta de colores, son elementos que los artistas utilizan para generar sensaciones, ya sea de tranquilidad, sobriedad, alegría, enojo o tristeza. La luz es un componente crucial en una obra, ya que transmite la calidez o frialdad del tema representado.
¿Qué no vemos o sabemos mientras pintas en tu estudio?
Principalmente, los cambios e indecisiones que ocurren durante el proceso creativo. Aunque tenga una idea principal y una composición de los elementos, siempre surgen modificaciones mientras pinto. Me gusta que, durante el proceso, la obra me «hable» y me enseñe qué le falta o le sobra. Es un flujo constante de ideas que voy depurando a medida que avanzo.
¿Cuáles son las obras más complicadas de pintar?
Las obras por encargo son las más difíciles de realizar. Generalmente, cuando pintas no sabes para quién será tu obra, y es el espectador quien decide adquirirla. Esto te da mayor libertad creativa. Sin embargo, cuando trabajas para un cliente específico, la presión es mayor.
¿Las obras aparentemente sencillas son en realidad las más complejas?
Desde mi perspectiva, sí. Por ejemplo, los abstractos son un reto para mí; son obras tan complejas por su composición y color. Con pocos elementos deben transmitir una sensación clara, y si no están en armonía, pueden generar un mensaje no deseado.
¿Por qué no todas las obras realistas expresan algo?
Creo que más que no expresar algo, depende de la percepción personal. Para mí, todas las obras generan una sensación o transmiten algo. Puede que una obra no me cause un gran impacto, pero eso no significa que no lo haga en otras personas.
¿Es necesario que una obra cuente una historia?
Para mí, sí. Toda obra de arte debe contar una historia, ya sea un fragmento o una novela entera. Si no tiene ese propósito, la obra carecería de sentido.
¿Un dibujo puede ser tan bueno como una pintura?
Sí, cualquier obra de arte puede ser buena sin importar el medio. La técnica es solo una forma de expresar nuestros sentimientos como artistas, y a veces un boceto puede generar más impacto que una pintura terminada.
¿En qué crees espiritualmente? ¿Tu trabajo lo expresa?
Soy una persona espiritual, creo en Dios y en toda su creación. Trato de expresar a través de mis obras lo maravilloso y diverso de Su creación.
¿La pintura clásica se ve opacada por la contemporánea?
No. La pintura clásica complementa a la contemporánea, y viceversa. Los grandes artistas del pasado son una huella e inspiración para los nuevos artistas.
¿Pintas por placer, por soledad, para vivir, para trascender?
Al principio pintaba por placer, como una forma de escapar de la rutina. Ahora pinto para vivir; se ha convertido en mi forma de comunicarme y expresarme. Trascender a través de mis obras también es parte de lo que busco.
¿Cuál es la diferencia entre un artista y un pintor?
Un artista crea, no solo pinta. Tiene un proceso creativo y desarrolla una idea. El pintor solo reproduce algo ya creado. Los artistas no solo plasmamos una técnica, sino que creamos.
«Una pintura es un poema sin palabras», dijo Horacio.
Estoy de acuerdo. La obra de arte es la culminación de un proceso de creación, una historia plasmada en colores.
¿Consideras tus obras momentos eternos de belleza o reflexión?
Depende de la obra. Algunas buscan reflejar belleza, otras provocan reflexión. Todo depende del estado emocional en el que me encuentre al crearlas.
En la vida como en el arte, nada es perfecto, pero ¿todo es perfectible?
Lo hermoso del arte es que la imperfección es lo que hace una pieza única. La perfección en una obra depende de la intención del artista.
Mayor información:
Héctor Díaz
Fundador y Director de la Galería Internacional
de Arte Contemporáneo HECTOR DIAZ