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15 de octubre de 2025
POLÍTICA

La encrucijada de México: la deuda y el desarrollo

UN CRECIMIENTO ANÉMICO EN 2025

Entre enero-julio de 2019 y 2024, el servicio de la deuda promedió el 12% del gasto neto del sector público, una cifra superior a la de administraciones previas.

 

Por Víctor Hugo Celaya Celaya

Una parte fundamental de la compleja problemática económica de México radica en la crisis financiera que atraviesan instituciones públicas clave, verdaderos pilares del Estado mexicano.

Históricamente, México ha mirado hacia el exterior para obtener los recursos financieros que no siempre hemos podido generar internamente en la magnitud necesaria para impulsar nuestro desarrollo, en especial para financiar el gasto público.

Si bien esta práctica no es nueva, en los últimos años se ha intensificado de manera preocupante. La deuda pública ha escalado a niveles que superan con creces lo observado en décadas pasadas, mientras, paradójicamente, hemos visto una reducción considerable en la inversión destinada a sectores que son verdaderamente estratégicos para el crecimiento económico, como la infraestructura básica y los servicios públicos esenciales.

Al primer trimestre de 2025, la deuda pública de México se situó en un 49.2% del Producto Interno Bruto (PIB), con el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) alcanzando los 17.66 billones de pesos.

Este nivel representa un incremento notable si lo comparamos con cifras de inicios de siglo, cuando rondaba el 19% del PIB.

Aunque la administración actual proyecta un aumento en la relación deuda/PIB menor que la de algunos sexenios anteriores (un 6.6% adicional comparado con el 8% del periodo 2012-2018), el costo financiero de esta deuda se ha vuelto una carga cada vez más pesada. Entre enero-julio de 2019 y 2024, el servicio de la deuda promedió el 12% del gasto neto del sector público, una cifra superior a la de administraciones previas.

AMLO aumentó la deuda de México en 6.6 billones de pesos.AMLO aumentó la deuda de México en 6.6 billones de pesos.

De hecho, a finales de 2023, el costo del servicio de la deuda superó el billón de pesos, alcanzando 1.045 billones, una cifra que no veíamos desde la década de 1990, tras la crisis de la deuda.

Este creciente costo tiene consecuencias directas: en 2024, por ejemplo, se destinó el 3.4% del PIB al pago de intereses, mientras que solo el 2.7% se invirtió en salud. La inversión física, clave para el futuro, incluso registró una disminución anual real del 12.3% en el primer trimestre de 2025, en parte debido a una alta base de comparación por proyectos concluidos en 2024. Este panorama configura un ciclo adverso donde el endeudamiento creciente limita la capacidad de invertir en el futuro, lo que a su vez puede frenar el crecimiento y generar nuevas necesidades de financiamiento.

Una porción significativa de este endeudamiento proviene de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Sus préstamos, si bien pueden ofrecer un respiro, usualmente vienen acompañados de condiciones que exigen la aplicación de políticas macroeconómicas restrictivas: control férreo de la inflación, contención del gasto corriente y una disciplina fiscal rigurosa. Estas medidas, aunque buscan generar estabilidad, no siempre atacan la raíz de la fragilidad estructural del país. Una estabilidad basada únicamente en estas restricciones, sin un crecimiento robusto y una inversión productiva, puede ser precaria.

El problema se agrava cuando el gasto público se utiliza de manera ineficiente, destinándose a obras de baja rentabilidad o a programas asistenciales que, aunque a veces necesarios, carecen de una planeación adecuada y de mecanismos que aseguren su impacto a largo plazo. La situación actual, con niveles de deuda que recuerdan a periodos de crisis pasadas , subraya la urgencia de abordar estos desafíos estructurales para evitar un estrangulamiento financiero mayor.

 

MÁS ALLÁ DE LAS CIFRAS MACRO

Una política macroeconómica sólida es, sin duda, un pilar fundamental. Sin embargo, su solidez se vuelve insuficiente si no se traduce en bienestar tangible para la población y en un dinamismo palpable en la economía productiva. Como bien señalaba Paul Samuelson, Premio Nobel de Economía, “la esencia de la teoría económica es reconocer la escasez y organizar la sociedad para utilizar los recursos eficientemente”. Esta máxima nos recuerda que el verdadero éxito económico se mide en la capacidad de generar oportunidades y prosperidad compartida, integrando coherentemente la macroeconomía con la microeconomía.

PEMEX con una deuda externa de 100 mil millones de dólares y a finales del 2024 le debía a proveedores 506.15 mil millones de pesos.

Hoy, el sobreendeudamiento público no solo pone un freno al crecimiento económico potencial, sino que amenaza con deteriorar aún más la economía real, aquella que viven día a día las familias, las empresas que generan empleo y los trabajadores que luchan por salir adelante.

Aunque a menudo se nos dice que la macroeconomía mexicana está «controlada» y es cierto que se han mantenido ciertos equilibrios, como una deuda pública que, aunque alta, se considera «sostenible» por las autoridades, la realidad en la calle es otra. La microeconomía, el motor que impulsa la creación de empleo, el consumo y la inversión productiva, se encuentra en una situación crítica. Factores internos como un bajo nivel de inversión persistente, la alta informalidad laboral que deja a millones sin protección social ni certidumbre, y una productividad estancada, han debilitado profundamente su capacidad de recuperación y crecimiento.

 

UN CRECIMIENTO ANÉMICO EN 2025

El panorama para mayo de 2025 sigue siendo adverso. Nos enfrentamos a un crecimiento económico anémico, presiones externas constantes, reformas estructurales que siguen pendientes y expectativas que distan mucho de ser alentadoras. Los organismos internacionales, como el FMI, pronostican una contracción económica del -0.3% para este año, mientras que el Banco Mundial prevé un crecimiento nulo (0%). Por su parte, el gobierno federal, en una proyección más optimista, estima un crecimiento máximo del 0.7% (aunque la propia SHCP ha ajustado a la baja sus previsiones para 2025, desde un rango de 1.5-2.0% a este 0.7%, debido a la desaceleración sectorial y la incertidumbre comercial con EE.UU. ). El Banco de México también ha recortado su pronóstico de crecimiento del PIB para 2025 de 1.2% a 0.6%. La banca privada, por su lado, apenas vislumbra un avance del 0.2%. Estas proyecciones, consistentemente bajas y revisadas a la baja, generan un círculo vicioso: la incertidumbre frena la inversión y el consumo, lo que a su vez deprime la actividad económica. La economía mexicana, aunque mostró un ligero crecimiento trimestral del 0.2% y anual del 0.8% en el primer trimestre de 2025 , necesita un impulso mucho mayor para superar estos desafíos. La vulnerabilidad externa, exacerbada por medidas proteccionistas de nuestro principal socio comercial, solo se magnifica por nuestras debilidades internas.

 

Pilares Agrietados: La Crisis de las Instituciones Públicas y su Impacto Fiscal

Una parte fundamental de la compleja problemática económica de México radica en la crisis financiera que atraviesan instituciones públicas clave, verdaderos pilares del Estado mexicano. Entidades como Petróleos Mexicanos (Pemex), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) operan hoy con serias deficiencias financieras, estructurales y operativas, lo que impone una pesada carga sobre las finanzas públicas.

 

Pemex: El Gigante Petrolero en Apuros

Pemex enfrenta una situación crítica, siendo la petrolera más endeudada del mundo. Su deuda total superaba los 100 mil millones de dólares en pasivos , y para el primer trimestre de 2025 alcanzó los 2.05 billones de pesos, un aumento del 3.8% respecto al cierre de 2024, con un alarmante incremento del 32.1% en su deuda de corto plazo. Adicionalmente, a finales de 2024, su deuda con proveedores ascendía a 506.15 mil millones de pesos.

La producción de crudo ha ido en declive; Hacienda prevé una caída del 5.1% en las exportaciones de crudo para 2025, con una producción casi estancada en 1.76 millones de barriles diarios. En el primer trimestre de 2025, Pemex reportó una caída interanual del 11% en su producción petrolera. A esto se suman los altos costos de extracción, una elevada carga fiscal y proyectos emblemáticos como la refinería de Dos Bocas, cuyo costo se ha disparado de 8 mil millones a casi 21 mil millones de dólares. Esta refinería sigue en fase de pruebas, ha enfrentado paros técnicos y podría requerir aún más fondos, con expertos dudando que alcance una operación del 90% antes del tercer trimestre de 2027. Como resultado, Pemex registró pérdidas por 43.3 mil millones de pesos en el primer trimestre de 2025. La gestión deficiente y los problemas de corrupción acumulados a lo largo de los años agravan este panorama.

 

IMSS: Presiones Crecientes sobre el Sistema de Salud y Pensiones

El IMSS, fundamental para la seguridad social de millones de mexicanos, opera bajo un modelo de financiamiento basado en cuotas obrero-patronales que se muestra cada vez más insostenible. El envejecimiento de la población y una persistente informalidad laboral que limita la base de contribuyentes ejercen una presión enorme. El Informe Financiero del IMSS 2023-2024, aunque proyecta suficiencia financiera hasta 2037, advierte sobre las presiones a largo plazo derivadas de enfermedades crónicas y el envejecimiento poblacional, con un balance actuarial deficitario para el Seguro de Enfermedades y Maternidad (SEM).

El gasto en pensiones es creciente, y las obligaciones laborales por el Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) se estiman en 2.3 billones de pesos. La creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, que busca complementar las pensiones hasta un mínimo de 17,364 pesos mensuales con diversas fuentes públicas, podría añadir presión fiscal si su fondeo no es robusto y sostenible. Aunque el IMSS alcanzó un récord de 22.4 millones de trabajadores registrados , el desafío demográfico persiste. En cuanto a infraestructura, si bien el presupuesto para 2025 contempla un aumento real del 4.7% para el IMSS, con 26.6 mil millones de pesos destinados a inversión (un alza real del 16.2%) para nuevos hospitales y equipamiento , el informe 2023-2024 subraya la necesidad de un fortalecimiento continuo para cubrir la demanda. La infraestructura médica sigue siendo, en muchos casos, insuficiente y los servicios se ven saturados.

 

ISSSTE: Un Panorama Similar de Retos Financieros y Operativos

El ISSSTE enfrenta un desbalance entre el número de trabajadores activos y jubilados (aproximadamente 2.45 activos por cada jubilado en 2021 ). Sus instalaciones médicas a menudo se encuentran deterioradas –la edad promedio de las unidades de primer nivel era de 30.9 años en 2021, y algunos hospitales superan los 55 años, con un 8.4% del equipo médico especializado fuera de servicio –. Los altos costos operativos y una administración que históricamente ha sido señalada por problemas de corrupción y burocracia excesiva complican su viabilidad.

El déficit proyectado para el seguro de salud del ISSSTE en 2025 es de 13,743 millones de pesos, cifra que se espera aumente anualmente, con el riesgo de agotar las reservas de este seguro para 2030. Además, a septiembre de 2024, 25 entidades federativas adeudaban al ISSSTE 88.49 mil millones de pesos.

 

Las Consecuencias Fiscales Ineludibles

Estas crisis institucionales no son eventos aislados; tienen profundas implicaciones fiscales. A corto plazo, el Estado se ve obligado a destinar crecientes recursos para sostener a estas entidades, recursos que podrían y deberían invertirse en áreas cruciales como educación de calidad, seguridad ciudadana o infraestructura productiva. Es un círculo vicioso donde los problemas estructurales de estas instituciones drenan la capacidad de inversión del país.

A mediano plazo, si no se acometen reformas estructurales profundas y valientes, el deterioro fiscal parece inevitable. Esto podría traducirse en un aumento aún mayor de la deuda pública, recortes dolorosos en sectores estratégicos, una presión creciente por una reforma fiscal integral (posiblemente en condiciones menos favorables) y un riesgo tangible de que las agencias calificadoras rebajen la calificación crediticia de México. Una rebaja podría encarecer el costo de la deuda entre 14 y 73.9 mil millones de pesos anuales , limitando aún más el margen de maniobra del gobierno. La salud financiera de Pemex, IMSS e ISSSTE está intrínsecamente ligada a la salud fiscal de la nación y, por ende, a su capacidad para generar desarrollo sostenible.

 


TRAZANDO EL FUTURO DE MÉXICO:

UNA ESTRATEGIA PARA LA TRANSFORMACIÓN

México enfrenta una encrucijada económica marcada por bajo crecimiento, endeudamiento público y crisis institucionales. Para superar estos retos, se necesita una estrategia integral que combine esfuerzos del gobierno, sector privado y organismos internacionales. Las siguientes líneas de acción buscan construir cimientos sólidos y dinamizar la economía:

  • Reforma Fiscal Progresiva: Ampliar la base tributaria eliminando privilegios fiscales, digitalizando el SAT para reducir evasión y formalizando el empleo informal. Esto financiará el desarrollo y fortalecerá la demanda.
  • Impulso a la Inversión Extranjera Directa (IED): México atrajo 36.87 mil millones de dólares en 2024, con proyecciones de 39.3 mil millones para 2025. Sectores como el automotriz (4.7% del PIB), aeroespacial y tecnológico deben consolidarse como polos de inversión para generar empleo y productividad.
  • Aprovechar el Nearshoring: Este fenómeno podría sumar 78 mil millones de dólares en exportaciones anuales, elevando las exportaciones mexicanas a 1.1 billones para 2030. Estrategias regionales, como el “Plan México”, deben mejorar infraestructura y seguridad para capitalizar el T-MEC y nuevos tratados comerciales.
  • Innovación y Capital Humano: Integrar empresas nacionales en cadenas globales mediante clústeres industriales y fomentar la transferencia tecnológica. La formación en STEM debe alinearse con las demandas industriales para potenciar el talento mexicano.
  • Fortalecer el Estado de Derecho: Combatir la corrupción, garantizar transparencia y mejorar la seguridad son esenciales para atraer inversión y generar confianza.

Estas acciones requieren voluntad política, ejecución precisa y una visión de largo plazo. La reforma fiscal debe habilitar inversiones en infraestructura y capital humano, mientras el nearshoring necesita políticas que distribuyan beneficios equitativamente. La estabilidad macroeconómica debe complementarse con justicia fiscal y un modelo productivo inclusivo.

México está en un momento decisivo. Superar el endeudamiento y el deterioro institucional exige una agenda nacional coherente. La colaboración entre gobierno, sector privado, academia y sociedad civil es clave para transformar retos en oportunidades. Con acción coordinada, México puede construir un futuro próspero, equitativo y sostenible, forjado con cada paso que demos.

 

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