VEN EL PLAN COMO UNA LUZ DE ESPERANZA
“El plan ofrece esperanza para las comunidades wixárika, pero su éxito depende de acciones concretas”.
Por Gabriel Ibarra Bourjac
El Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza Jalisco 2024-2030 pone énfasis en las necesidades de las comunidades wixárika, priorizando la educación bilingüe wixárika-español para preservar su lengua e identidad cultural, ante la carencia actual de materiales didácticos.
Además, propone la construcción de infraestructura educativa y aulas musicales para fomentar el talento de niñas, niños y adolescentes, fortaleciendo así la riqueza cultural de este pueblo indígena, según destaca Leticia Robles, abogada y defensora de los derechos humanos, en esta entrevista.
En el ámbito de la salud y la infraestructura, el plan busca mejorar el acceso a servicios básicos en las comunidades wixárika, mientras que en el tema territorial se alinea con la Estrategia Estatal de Biodiversidad 2030, reconociendo la importancia de Jalisco como el cuarto estado con mayor biodiversidad en México.
Las comunidades enfatizan la protección de sus recursos naturales, esenciales para su autoconsumo y economía, como un pilar clave para su desarrollo sostenible y la preservación de su vínculo con el territorio.
El plan se distingue por su carácter participativo, un hito para las comunidades wixárika de la región norte de Jalisco, como San Sebastián Teponahuaxtlán, Tuxpan de Bolaños y Santa Catarina Cuexcomatitlán, y las de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Por primera vez, estas comunidades tuvieron voz en foros regionales, con traductores en lengua wixárika que facilitaron un diálogo directo con el gobierno, incluyendo a autoridades tradicionales, mujeres, jóvenes y profesionistas.
El proceso para la elaboración del plan, resalta Hakaima Leticia Robles, marcó un avance en la confianza y visibilización de sus necesidades históricas, como el despojo territorial, la marginación y la falta de acceso a servicios básicos.
El plan se alinea con la reforma constitucional federal de 2024, que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho, promoviendo su autonomía en la gestión de recursos.
El plan también impulsa la economía wixárika al promover la comercialización directa de productos orgánicos, fortaleciendo la autosuficiencia y reduciendo costos para las familias.
Sin embargo, la abogada Hakaima Leticia Robles advierte que desafíos como la protección de sitios sagrados, como Wirikuta, frente a proyectos industriales, requieren garantías de consulta previa, libre e informada. Aunque el plan refleja un compromiso con la sustentabilidad y la biodiversidad, su éxito dependerá de acciones concretas y mecanismos de seguimiento rigurosos.
Las comunidades wixárika, organizadas y vigilantes, están listas para exigir el cumplimiento de las promesas. Con esperanza y cautela la abogada ve en este plan una oportunidad histórica para cerrar brechas de desigualdad y consolidar un Jalisco más justo, donde la resistencia cultural wixárika no solo asegure su supervivencia, sino su prosperidad.
