EL PLAN ESTATAL DE DESARROLLO
Por Alfredo Ceja
Periodista y académico de la Universidad Panamericana, Campus Guadalajara
Hace algunas semanas, el Gobierno del Estado presentó el Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza 2025–2030, un documento con planteamientos ambiciosos que busca trazar el rumbo de la administración pública estatal durante los próximos seis años.
Elaborar y presentar un plan de desarrollo es una práctica común en todas las administraciones, sin importar el nivel de gobierno. Lo verdaderamente relevante no es solo su existencia, sino la calidad de los objetivos, la viabilidad de las estrategias y, sobre todo, los resultados concretos que puedan traducirse en beneficios reales para la ciudadanía. Muchos de estos planes quedan en el papel; otros se implementan parcialmente y solo algunos logran cumplir con sus metas.
En este caso, el plan presentado por el Gobernador, Pablo Lemus, y que trabajó la Secretaria de Planeación y Participación Ciudadana, Cynthia Cantero, destaca por su amplitud: 50 objetivos, 610 estrategias, 82 indicadores y cerca de 200 proyectos, sin contar los ajustes que puedan surgir durante la gestión. Este volumen de metas plantea un reto administrativo considerable para la actual administración.
El éxito del plan no dependerá únicamente del documento, sino de la capacidad operativa del gabinete, la disposición al diálogo con la ciudadanía y la voluntad de corregir el rumbo cuando sea necesario.
La metodología utilizada incluyó una estrategia de participación ciudadana amplia. No obstante, el verdadero valor de este ejercicio dependerá de que las propuestas ciudadanas no solo hayan sido escuchadas, sino efectivamente integradas y ejecutadas. En este sentido, el principal reto será para las y los titulares de las distintas dependencias, quienes deberán alinear su trabajo al cumplimiento de las metas del plan.
Jalisco enfrenta diversos desafíos estructurales: inseguridad, desapariciones forzadas, movilidad deficiente y falta de acceso universal al agua potable. Sin embargo, también existen necesidades transversales en materia de desarrollo económico, social y de gobernanza. La desaparición de organismos como el ITEI y el INAI plantea nuevos desafíos en materia de transparencia y rendición de cuentas, que el gobierno estatal deberá afrontar con responsabilidad y creatividad institucional.
El plan se articula en cinco ejes prioritarios. A continuación, se expone una revisión general de cada uno de ellos:
1. Jalisco tranquilo y en paz.
Este eje enfrenta uno de los mayores retos: el combate a la violencia y la desaparición de personas. Las cifras recientes de homicidios, desapariciones y hallazgos en fosas clandestinas reflejan una crisis profunda. El plan propone el uso de inteligencia estratégica en la búsqueda de personas y medidas de prevención de la violencia, lo cual representa un enfoque del problema exige una coordinación real con la Federación y con actores clave de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo de seguridad.
2. Jalisco crece para todas y todos.
Este eje incluye tres temas fundamentales: salud, educación y combate a la desigualdad. La implementación de políticas públicas con enfoque social y territorial será clave para atender las disparidades existentes entre regiones urbanas y rurales. Asimismo, se requerirá una coordinación eficaz con los programas sociales federales, con el objetivo de que las acciones estatales sean complementarias y no redundantes.

3. Jalisco avanza.
El desarrollo económico es un área estratégica para Jalisco. La atracción de inversión extranjera y la generación de empleos, en un contexto nacional e internacional complejo, dependerá en gran medida de la colaboración con el sector empresarial, así como del fortalecimiento de las MIPYMES. La Copa Mundial de 2026 representa una oportunidad relevante para el turismo y la proyección internacional del estado, siempre y cuando se aborden con eficacia los retos de infraestructura, servicios y riesgos climáticos como las inundaciones.
4. Jalisco cuida su tierra.
La gestión del agua y el acceso a una vivienda digna son problemáticas históricas en Jalisco. La falta de soluciones estructurales y sostenibles ha pospuesto decisiones necesarias, este eje demanda políticas públicas de largo plazo, sin que se antepongan diferencias políticas. Resolver estas problemáticas no genera votos, pero sí puede marcar una diferencia para futuras generaciones.
5. Jalisco cercano y transparente.
El último eje se centra en la transparencia, la eficiencia administrativa y el gobierno abierto. En un contexto en el que los organismos autónomos enfrentan amenazas de debilitamiento o desaparición, el estado de Jalisco tiene la oportunidad de consolidarse como un referente nacional en rendición de cuentas, si logra garantizar mecanismos efectivos de seguimiento ciudadano e implementación transparente del plan.
En conclusión, el Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza 2025–2030 representa una hoja de ruta integral, pero también exigente. La clave estará en la ejecución, seguimiento y evaluación continua de los proyectos, si alguna Secretaria o Secretario considera que no tiene participación directa en el plan, probablemente esté en riesgo de ser sustituida por no alinearse con los objetivos estratégicos.
El éxito del plan no dependerá únicamente del documento, sino de la capacidad operativa del gabinete, la disposición al diálogo con la ciudadanía y la voluntad de corregir el rumbo cuando sea necesario. El reto está planteado: ¿será este plan una guía viva para el desarrollo de Jalisco o quedará, como tantos otros, en el archivo de los buenos propósitos?.
