Por Héctor Díaz
Partamos de una reflexión filosófica: la inspiración no existe, es la suma y cosecha de vivencias, experiencias e influencias.
Llevado al campo artístico, cualquier artista tiene influencias, es normal, aceptable, predecible, incluso obvio.
BREVE CONTEXTO
Hace siglos los pintores trabajaban con personas presentes durante la ejecución de sus obras. Posteriormente con la llegada de la imprenta, empezaron también a basarse en imágenes de libros. Luego vino la fotografía, gran recurso para los creadores, ya fuera tomando fotos o basándose en ellas. Recientemente el internet permitió acceder, literalmente, a todo.
ARTISTA VS PINTOR
El artista crea, tiene originalidad, trae al mundo algo nuevo, su obra y trayectoria –merecidamente – debe trascender, aún siendo incomprendido en su tiempo. Tiene influencias, pero no dominan sus obras, inspiran su creación. Distingue a un artista no solo su obra, sino su discurso.
El pintor reproduce, no tiene originalidad, no trae al mundo algo nuevo, su obra y trayectoria –inmerecidamente– a veces logra posicionarse, siendo comprendido en su tiempo. Tiene influencias, es notorio que dominan sus obras, las utiliza para su creación. Distingue a un pintor no solo su obra copiada, sino la carencia de discurso.
GRANDES ARTISTAS Y GRANDES PINTORES
Existen artistas y pintores. En ambos casos se puede ser muy bueno. Sin embargo, no se requiere ser artista para ser pintor. Crear requiere expresar. Pintar requiere técnica.
Intentemos comprender la diferencia:
Los artistas dominan el arte de la expresión; trabajan de adentro hacia afuera. Los pintores dominan el arte de la técnica; trabajan de afuera hacia adentro.
QUÉ ES EL PLAGIO
Plagio es:
– Robar.
– Asumir propio lo ajeno.
– Utilizar imágenes sin autorización del creador.
Es el robo, de pintores a artistas, de imágenes e ideas. Es el reciclaje, de usurpadores a creadores, de pinturas, fotografías y diseños.
Dice la Real Academia Española: «copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias».
El problema, ya de por sí muy grave, no es solo robar lo ajeno, sino lucrar con ello.
Es inaceptable que un pintor robe imágenes e ideas de un artista, asumir “propias” sus obras y venderlas como “arte” en precios exorbitantes.
LA PLAGA
Hoy en día existe una verdadera plaga de pseudoartistas en la industria del arte, ó sea pintores autodenominados artistas.
La pregunta es ¿por qué lo hacen? Porque no son artistas, reproducen en vez de crear. Al no tener talento, pero queriendo ser llamados “artistas”, se ven envueltos en un círculo vicioso de robo y reciclaje con tal de no perder el título y las ganancias mal habidas, por cierto, penado por la Ley todo lo anterior.
Quizá la inacción de autoridades, la falta de acciones por parte de galerías y casas de subastas, así como el desconocimiento de coleccionistas (principales afectados), hace que prevalezcan y surjan cada vez más incontables casos.
LOS PROBLEMAS
Los principales problemas son:
- Robo. Existe un afectado. Alguien está utilizando el trabajo de un creador, y además está lucrando.
- Fraude. Un coleccionista no debería adquirir una obra que carece de autoría, que está basada en otra. Una obra de arte tiene un valor intangible, vale principalmente por el artista; mientras que una reproducción podría tasarse con base en la técnica y el tiempo de creación, siempre que exista por supuesto, una autorización o Licencia.
- Usurpación. No es penado el carecer de creatividad, pero que vergonzoso es asumir ser “artista” cuando el trabajo es ajeno y robado.
REFLEXIONES
El arte es uno de los oficios más nobles que existen. Celebremos, respetemos y admiremos a todos los artistas; pero también defendámoslos, no permitamos que los copien pseudoartistas. El trabajo de un artista está protegido por la Ley, tiene de Autoría y Derechos de Autor.
La pintura sin discurso es sin duda una expresión artística, es un bello oficio. Pero la pintura copiada siempre será un plagio.
Cualquier coleccionista o persona que quiera un cuadro, pregunte primero si la obra es del artista o está basada en otra, nadie quiere comprar copias. Antes de adquirir una obra, inserte la imagen en el buscador de imágenes de Google, asegúrese que no tiene Autoría ajena.
Las obras de arte tienen valor, las reproducciones tienen precio. Esperemos que las autoridades pongan especial atención a este cáncer en la industria que afecta a miles de artistas y coleccionistas.
El “artista” crea, el “fraudulento” copia.
¿Desgracia o conformismo?
Héctor Díaz
Fundador y Director de la galería internacional