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13 de marzo de 2025
OPINIÓN

Los niños tamagotchi

Por Omar Becerra Partida

La inteligencia artificial la podemos definir como la disciplina que intenta replicar y desarrollar la inteligencia y procesos humanos implícitos a través de un programa para computadora u otros dispositivos

Tan es así que ya podemos empezar a esperar los nuevos niños o bebés Virtuales.

La existencia de los niños virtuales que jueguen contigo que te abrazan, que te sonríen e incluso hasta parecen de carne y hueso, serán más comunes en los próximos 50 años.

Catrina Campbell, experta en inteligencia artificial, anuncia en su libro AI by Design: A Plan For Living With Artificial Intelligence, el futuro ascenso de los “niños Tamagotchi”, tomando el nombre de las mascotas virtuales comercializadas a finales de los 90.

Estos niños virtuales se parecerán a sus padres y podrán responderles mediante análisis de voz y seguimiento facial.

Niños que también crecerán según los deseos de sus padres, podrán saltarse la adolescencia o manteniéndolos infantes por la eternidad, según el deseo de sus padres.

En resumen, ¿niños perfectos?

La existencia de los niños virtuales que jueguen contigo que te abrazan, que te sonríen e incluso hasta parecen de carne y hueso, serán más comunes en los próximos 50 años y podrían ayudar a combatir la sobrepoblación a bajar los niveles de embarazos no deseados e incluso el aborto como tal, mencionan los expertos.

Estos descendientes o niños generados por la inteligencia artificial sólo existirán en el mundo digital inmerso conocido como metaverso al que se accede utilizando tecnología de realidad virtual.

No costaría casi nada crearlos ya que requieren de mínimos recursos para poder en generarlos.

Ya lo hemos vivido con Facebook y otras aplicaciones, este concepto de metaverso, el primer término es acuñado en la novela distópica de 1992 llamada Snow Cash y se usa para describir espacios inmersos compartidos a los que se accede a través de diferentes plataformas.

Esto trae consigo que ya estemos hablando de los nuevos seres humanos en inteligencia artificial, es decir, esto permitirá a alguien abrazar alimentar y jugar con su descendencia digital como si fuera un niño real.

Estamos bien encaminados para crear una generación tamagotchi, que para todos los efectos será real para sus padres.

Sobre la base de que la demanda de los consumidores ya existe para este producto, estos niños están ampliamente disponibles por una tarifa mensual relativamente pequeña.

Cómo sabemos la UNESCO sacó un código de ética el año pasado sobre inteligencia artificial en donde solamente será utilizada para cuestiones de bienestar para la población, pero muchas de las veces vemos que la inteligencia artificial tiene sesgos.

Lo vivimos en México en el caso de la tan famosa Alexa u otras aplicaciones, que tienen voz de mujer y esto ha traído consigo alrededor del mundo quejas sobre machismo, al momento de indicarle alguna cuestión a dicho programa.

La inteligencia artificial en el mundo jurídico mexicano tiene una base muy blanda poco sólida ya que no existen las bases fundamentales para el derecho cibernético, como lo vemos en el comercio electrónico, en el código de comercio a nivel nacional, ya que aún no está legislado de la manera correcta.

La IA requiere grandes volúmenes de datos para entrenar sus modelos predictivos. Para que una máquina aprenda a detectar caras, le enseñamos muchas imágenes de rostros y muchas imágenes de otras cosas que no lo son, pelotas o animales, por ejemplo.

La máquina aprende así a encontrar formas, colores y otros patrones visuales que son típicos en las caras que le hemos enseñado y que los distingue de otros. La máquina aprende qué es una cara a partir de las imágenes que le enseñemos. ¿Qué pasa entonces sí solamente le enseñamos rostros de personas blancas? Ocurren errores como el de Google que etiquetó como gorilas a personas afroamericanas.

La máquina aprendió a partir de una muestra sesgada de ejemplos y, en consecuencia, aprendió a clasificar de forma incorrecta.

Detectar y eliminar sus sesgos tantos aprendidos como heredados es el primer paso. Todos nosotros tenemos nuestras percepciones formadas por nuestra experiencia pasada, y todos somos producto de nuestras historias personales y contexto. En ese sentido, todos los humanos estamos sesgados.

Cuando los seres humanos logremos detectar sesgos y nuestros equipos de trabajo sean diversos, la inteligencia artificial será más inclusiva.

Entonces cuando estamos hablando de estos temas obviamente parecen ciencia ficción sin embargo en Europa y en Estados Unidos se están ya realizando con una serie de cuestiones legales muy propias para estos determinados aspectos.

Estamos ante generaciones de humanos ya virtualizadas, pero se está perdiendo el valor de lo humano, como lo vivimos en la pandemia, las nuevas virtualidades traen consigo nuevas sensaciones, pero tambien más enfermedades psiquiátricas como el ejemplo de Japón, con los departamentos ataúd.

Que será tema de otra columna.

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