CUATRO ESCENARIOS POSIBLES
Por Alberto Pérez Obeso
A prácticamente 5 semanas del día de la elección presidencial de México, se prefiguran diversos escenarios sobre del resultado que se dará a conocer la noche del 2 de junio, que no sólo va a revelar el nombre de la primera Presidenta de la República en nuestra historia, sino a determinar si en esta disputa el Congreso se volverá el contrapeso necesario al poder Ejecutivo, o si por el contrario los mexicanos decidiremos votar por el control político total en manos de un solo frente.
Las campañas -y los debates- han sido poco alentadores para el votante común que espera propuestas serias y en cambio recibe los mismos viejos ataques entre candidatos.
Uno de los campos de confrontación que ha sido totalmente dominado por “la candidata oficial” es el de la difusión de encuestas de intención de voto, con una brecha demasiado desventajosa para la “retadora”, pese a algunos reportes que tratan de proyectar una lucha más competida.
Las encuestas “serias” recientes (Enkoll, Mitofsky, Covarrubias, El financiero, Buendía y Laredo, Reforma, entre otras) registran muy poca variación, CS baja unos cuantos puntos y XG está estancada a un mínimo de 23 puntos de distancia de la puntera.
Si nos atenemos a lo que difunden agencias dedicadas a seleccionar estudios “más o menos serios” (Oráculus, Polls Mx), el promedio de ventaja de la candidata de Morena está entre los 25 y 30 puntos porcentuales, lo que parece muy poco probable de remontar por Gálvez, aunque bien se dice que en materia de opinión pública nada es irreversible.
El tracking que representa todo lo publicado establece en este momento, que el escenario rumbo a la elección del 2 de junio se presenta muy favorable a que Morena retenga la presidencia. Sin embargo, es muy poco probable que sostenga esa enorme ventaja y por el contrario, lo esperado es que la brecha se acorte.
El piso -y techo- electoral para Claudia Sheinbaum es el 53% de votos alcanzados en 2018 por AMLO, en consecuencia, lo esperable es que la “candidata oficial” capte una cifra similar, por arriba de los 50 puntos.
Los alrededor de 60 puntos que le asignan las encuestas es un techo difícil de alcanzar, salvo que en las próximas 5 semanas se “desfonde” la intención de voto por Xóchitl Gálvez, generando una “marea guinda” que arrase con todo.
Lo esperado es que esa brecha se acorte y que en la elección CS logre superar con unos puntos el 50% de la votación y XG ronde el 40% dejando a Maynez en un dígito.
Gabriel González Molina afirma en su último libro sobre el switcheo, que existe una suerte de cuasi empate entre los leales vs los opositores al régimen o, más concretamente a AMLO. En consecuencia, en un contexto de alta participación electoral y voto de castigo, es incluso posible que el cierre se acerque casi al empate.
Sin embargo, las encuestas “serias” recientes (Enkoll, Mitofsky, Covarrubias, El financiero, Buendía y Laredo, Reforma, entre otras) registran muy poca variación, CS baja unos cuantos puntos y XG está estancada a un mínimo de 23 puntos de distancia de la puntera.
En resumen, y aclarando que las encuestas no son oráculos pero sus tendencias permiten vislumbrar desenlaces probables; los escenarios proyectados con datos actuales y conforme a los pronósticos votación natural en las presidenciales, serían:
- LÓGICO POSIBLE: ganaría la presidencia Claudia Sheinbaum por un margen de dos dígitos.
- OPTIMISTA (para la oposición): que la polarización divida al electorado entre leales y anti-Morenistas, así como sea muy nutrida la votación, acortando la brecha y haciendo posible un estrechamiento de las tendencias que posibilite el triunfo opositor. Para trabajar ese escenario la oposición se debería dedicar a trabajar más y mejor en la movilización ciudadana del 2 de junio.
- OPTIMISTA 2 (para Morena): que el desinterés ciudadano en la elección devenga en una muy alta abstención, que combinada con un estancamiento o caída mayor de XG, genere un “tsunami” guinda que arrase con la presidencia, las gubernaturas y el Congreso a favor del partido en el poder.
- CATASTRÓFICO: para Morena el optimista de la oposición y viceversa para el frente opositor.
El otro campo de batalla, todavía poco visualizado, es el de la disputa por el Congreso. Esa es la guerra indispensable para asegurar la prevalencia de la democracia en las decisiones de alto interés para los mexicanos.
Ahí es donde la oposición puede/debe aplicar todos sus esfuerzos a fin de cerrarle el paso al gobierno de un solo partido, que imponga por la fuerza de la mayoría las decisiones que afecten la vida de todos, ante una debilidad extrema de las minorías.
Se ha observado en muchos procesos, que el electorado divide su voto y otorga su confianza alternativamente a los partidos en contienda: vota en un sentido a los cargos del Ejecutivo, en otro para el Congreso federal, en uno más para los Ayuntamientos y en otro para los Congresos estatales o las gubernaturas.
No poner todos los huevos en una canasta, sino dividir la fuerza institucional, ha sido y es de la mayor importancia para darle auténtico sello democrático a los poderes de la Unión.
El plazo para impulsar cambios radicales en las tendencias de intención de voto parece muy corto. Sin embargo, siempre queda abierta la posibilidad de que ocurran crisis de alta magnitud, que pudieran alterar lo que para muchos ya está resuelto.