Y SI PLATICAMOS EN SERIO, DE LA PAZ
Por Francisco Junco
En los últimos años, México ha estado experimentando una ola de violencia y criminalidad sin precedentes. En este contexto, la promoción de la paz y la seguridad es una prioridad fundamental para cualquier gobierno que busque el bienestar de sus ciudadanos.
Según datos del INEGI, durante el gobierno de Carlos Salinas, se registraron 78,094 homicidios en el país. Durante el mandato de Ernesto Zedillo, la cifra aumentó a 80,311.
Además de la crítica a la estrategia de seguridad del presidente López Obrador y su postura hacia los criminales, es importante tener en cuenta las cifras oficiales de homicidios en México, para entender la magnitud del problema y hablar, con datos duros, de lo que sucede en nuestro país.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el gobierno de Carlos Salinas, se registraron 78,094 homicidios en el país. Durante el mandato de Ernesto Zedillo, la cifra aumentó a 80,311. Con Vicente Fox llegó a 60,162, pero con Felipe Calderón, con la llamada Guerra contra el Narco, la situación empeoró con 121,613 homicidios. Durante el mandato de Enrique Peña Nieto, se registraron 157,158 homicidios, convirtiéndose en el sexenio más violento en la historia reciente de México, hasta ese momento.
Sin embargo, desde que López Obrador asumió la presidencia en 2018 y con apenas cuatro años en el poder, prácticamente se perfila como el sexenio más violento. Hasta la primera semana de abril, se han registrado 145,628 homicidios, lo que indica que la violencia sigue siendo un problema grave en el país.
Y hasta aquí, solamente estoy hablando de las cifras de homicidios dolosos, en términos populares ejecuciones o ajustes de cuentas, donde está involucrado el crimen organizado, ya no hablemos de las cifras de desaparecidos, secuestros, femicidios, crímenes contra periodistas.
Si bien es cierto que la lucha contra la delincuencia es un problema complejo y multifacético, estas cifras son alarmantes y demuestran que la estrategia de «Abrazos, no balazos», no ha sido suficiente para abordar la violencia en México, solamente muestra su ineficacia.
Con cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), es decir los datos oficiales del Gobierno Federal, señalan que tan sólo en el primer bimestre de este año, se han registrado 4 mil 882 asesinatos, esto es un promedio de 83 homicidios diarios. Y como muestra de esta incidencia, las acciones criminales registradas el 7 de enero de este año, acabaron solamente con la vida de 109 mexicanos.
Además, el presidente ha sido criticado por su postura hacia los criminales. En 2019, López Obrador saludó a la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán, provocando la indignación general, ya que el gobierno debería estar en contra de los delincuentes y no alineado con ellos y menos de manera tan explicita. O la declaración del mandatario en el sentido de que, en aras de la soberanía nacional, defenderá a los criminales de México, haciendo referencia a la supuesta “intervención” norteamericana al considerar a los narcotraficantes como terroristas mexicanos.
Según datos del INEGI, durante el gobierno de Carlos Salinas, se registraron 78,094 homicidios en el país. Durante el mandato de Ernesto Zedillo, la cifra aumentó a 80,311.
Y es que, en realidad, la estrategia de «abrazos, no balazos» parece ser más una estrategia política que una estrategia de seguridad real para abordar la creciente violencia en México. En lugar de abordar la raíz del problema de la criminalidad, el presidente parece estar más interesado en ganar puntos políticos, al presentarse como un líder humanitario y progresista.
Es de llamar la atención, que hay iniciativas que parecen más eficaces y que están permeando en la sociedad, sin que el inquilino de Palacio Federal, pueda detener o señalarlas como estrategias de “los adversarios” o “conservadores” en su contra, para “evitar la Cuarta Trasformación”.
En esta ocasión me voy a referir a la iniciativa que ya esta en la mira nacional y que está promoviendo la senadora por Guanajuato, Alejandra Noemí Reynoso, mejor conocida como la “Wera Reynoso”, con su proyecto en favor de la Paz que denominó “Embajadas por la Paz”, un gran reto que conlleva lograr la unión social y la paz.
Lo que hemos logrado ver, es que este proyecto no es solamente es una iniciativa con buenos deseos, es una plataforma de inclusión, que ha logrado involucrar a sectores de la sociedad, educativos, empresariales, medios de comunicación y religiosos, para la construcción de la Paz a través de acciones concretas, desde lo local, para mejorar el entorno.
El miedo, sin duda, es la mayor de las armas usadas por la delincuencia, pero la propuesta de la «Wera» Reynoso, es sumar y el tener en las manos de todos una de las banderas más significativas: la paz, para aglutinar a una sociedad deseosa de tan noble fin, apoyados por sus liderazgos, sin distinciones. Bajo la premisa “la inseguridad se combate, pero la Paz se construye”.
Y con una claridad de que este no es un asunto exclusivo de los gobiernos, es un tema de corresponsabilidad con la sociedad de la violencia que impera en México, es, como dice la senadora Reynoso, cierto que tenemos una sociedad violentada, pero también es muy cierto que somos una sociedad violenta, y el primer paso es reconocer que como sociedad somo también responsables.
Con Vicente Fox llegó a 60,162, pero con Felipe Calderón, con la llamada Guerra contra el Narco, la situación empeoró con 121,613 homicidios. Durante el mandato de Enrique Peña Nieto, se registraron 157,158 homicidios.
Este esquema de taller de la construcción de la paz positiva, es algo ya probado, ya inició en Guanajuato, con resultados, yo no diría sorprendente, yo diría naturales. Esa sed de vivir en paz le urge al país. Y es que la Wera Reynoso, como parte de sus estrategias, logró que las empresas, instituciones o organismos intermedios fueran reconocidos con el distintivo Embajada de la Paz.
La «Wera» Reynoso con “Embajadas de la Paz”, está sumando esfuerzos para la construcción de la paz positiva desde la sociedad, y todos podemos poner de nuestra parte para lograrlo. Asegura que su meta es hacer 10 mil acciones por la paz. Yo creo que va a superar por mucho esa cifra, ya que en México hay una sed y hambre por construir y no dividir o destruir, como lo hace cada mañana desde su pulpito, López Obrador.
Yo creo, que los ciudadanos de buena voluntad, y somos muchos, deberían sumarse a este tipo de iniciativas. Yo me sumo. Pero usted amigo lector, qué opina, escríbame a mi Twitter @PacoJuncoN, para que platiquemos…